El método Atkins consta de cuatro fases. Las tres primeras son sencillas de llevar a raja tabla, ya que son las más breves y en ellas es dónde perdemos peso. Si bien las tres primeras etapas son fáciles, la cuarta no lo es tanto, puesto que su duración debe ser para el resto de la vida. Esto muchas veces suele parecer desalentador o deprimente. Sin embargo, es el único modo de que siempre podamos mantener nuestro peso ideal. La única forma de comprobar que nuestro esfuerzo por perder kilos no fue en vano. Durante esta fase el régimen del doctor Atkins garantiza que ya hemos aprendido cómo responde nuestro organismo a los carbohidratos. Asimismo, sabremos cuáles alimentos nos benefician y cuáles no. En función de esta hipótesis, ahora seremos capaces de mantener nuestro peso corporal de modo permanente.
Como estamos hablando de una etapa de mantenimiento, es decir, de no subir ni bajar de peso, la fase 4 de la dieta Atkins se caracteriza por una restricción de alimentos baja. Ahora se pueden tomar prácticamente cualquier tipo de productos, pero siempre poniendo atención a las calorías, a los alimentos con alto índice glucémico y a los procesados. Mientras que en la fase de introducción las restricciones estaban enfocadas en seguir perdiendo peso, durante la fase de mantenimiento estos límites son sustituidos por la autodisciplina y el autocontrol. A continuación, le mostramos las claves y recomendaciones para llevar a cabo la etapa de mantenimiento por el resto de su vida.
La motivación es fundamental para mantener el peso
Como ya se ha indicado, al estar en una etapa en la que solo tiene que mantener su peso, el único obstáculo es la fuerza de voluntad que tenga usted. Cualquier régimen dietético saludable, tras concluir, fomenta el mantenimiento de peso. Por tanto, en todos ellos y en la dieta Atkins tiene que aprender a convivir a diario con los antojos. Debe tener suficiente fuerza de voluntad de decir: NO. Recuerde cómo estaba cuando comenzó el régimen. Seguramente, ni su aspecto frente al espejo, ni lo que le mostraba la báscula, ni lo que le recomendaban sus familiares o su médico de cabecera, les gustaba. Ahora que ha conseguido su objetivo, que ya no tiene por qué pasar hambre, que se siente mejor por dentro y por fuera, ¿qué sentido tiene echarlo todo por tierra?
La motivación, por tanto, es crucial en esta fase 4 de la dieta Atkins. Cada vez que se sienta alguna debilidad, recuerde cómo estaba antes de perder todos esos kilos que le sobraban. Pruebe a cambiar cada semana sus menús, dese un capricho un día a la semana. Si es necesario hable sobre el tema con su familia o con cualquier especialista en nutrición. Pero nunca, nunca, se dé por vencido. Sin motivación resulta complicado permanecer en esta etapa durante toda la vida. Sin embargo, debe resistir, recordar lo bueno que ha sido el régimen para su salud. En el caso de que note que sube de peso, vuelva inmediatamente a la fase 3 y así sucesivamente.
Lo que comer en la fase 4 de la dieta Atkins
En esta etapa, la ingesta de carbohidratos deberá ser aproximadamente la misma que durante la fase de pre-mantenimiento. Como se indicó en el artículo de la etapa tres de la dieta Atkins, la mayoría de las personas pueden mantener su peso consumiendo entre 65-100 gramos de carbohidratos al día. Por supuesto, ahora sí que podemos introducir nuevos alimentos siempre que no sean altos en carbohidratos. Además, tendremos que vigilar constantemente nuestro peso. En este sentido, se recomienda pesarse cada 15 días en la misma báscula y a la misma hora. ¡No se pese todos los días, ya que el peso puede oscilar varios kilos a lo largo de 24 horas! Con esto lo único que conseguirá es obsesionarse.
Por otra parte, quizás sienta que tiene más apetito una vez que ha entrado en la fase de mantenimiento. Incluso aunque se mantenga dentro de los niveles adecuados de consumo de carbohidratos. No obstante, tiene que resistir la tentación. En realidad, no es hambre, sino antojos que le manda su cerebro mediante señales. Ahora su cuerpo no está en cetosis, es decir, usando sus propias grasas como combustible. Sin embargo, debe procurar que siga utilizando, principalmente, las grasas como fuente de combustible. Obviamente, nos referimos a que estas procedan de los alimentos que consuma. Por lo tanto, tiene que tratar de sustituir en la medida de lo posible los alimentos ricos en carbohidratos por los altos en materia grasa. ¡Ojo!, grasas saludables.
De esta manera, conseguirá que su organismo funcione durante el resto de la vida como una máquina quema-grasas. Esto es de vital importancia para que su cuerpo no vuelva a acostumbrarse a emplear los carbohidratos como fuente de energía principal. Recuerde que por este motivo, sus niveles de azúcar en sangre oscilan continuamente, lo cual le hizo subir de peso de manera inevitable.
Para favorecer a que su organismo siga siendo una máquina eficiente de quemar grasas incremente el consumo de productos como: el aceite de oliva, la mantequilla, las cremas, el queso, la mayonesa, los frutos secos y el pesto. Las únicas grasas que debe desechar son las denominadas grasas trans. Es decir, las grasas que provienen de la bollería industrial, los productos procesados, los precocinados, las papas fritas, los dulces o los helados.