Japón es uno de los países más exóticos del mundo por su historia, sus creencias, sus costumbres, pero también por sus hábitos alimenticios. En Occidente, la mayoría de las personas que lucen un bonito cuerpo y una salud de hierro son aquellas  que se someten constantemente a dietas restrictivas. En el caso del país nipón, la mayoría de sus habitantes no siguen una dieta específica para adelgazar. Sin embargo, mientras que Europa o Estados Unidos registran los índices de obesidad más elevados, los japoneses aparecen siempre entre la población con mejor forma física. ¿Cómo es posible esto? ¿Los japoneses tienen mejor genética que los occidentales o en realidad hay algo más?

De sobra es conocido por todos que la población japonesa es famosa por su esbelta figura y por gozar de muy buena salud. De hecho, los habitantes de Japón, con una esperanza de vida cercana a los 85 años, ocupan el 3 puesto en el ranking de longevidad a nivel mundial. Entonces, ¿cómo los japoneses suelen estar siembre en buena forma física? La respuesta a esta cuestión tan interesante la tenemos en sus costumbres y hábitos de alimentación. En Occidente nadie conoce estos aspectos que marcan la diferencia. Por ello, y tras investigar sobre el tema, os vamos a enseñar hoy las técnicas y tradiciones que siguen los japoneses para tener la excelente forma física que lucen la mayoría de ellos. Una serie de trucos que os permitirán estar en vuestro peso ideal sin tener que hacer ningún tipo de dieta o mataros en el gimnasio.

Trucos japoneses para adelgazar sin hacer dieta

Nunca se sacian del todo:


Quizás, sea una de las pocas costumbres de las que ya hayan oído hablar nuestros lectores. Hay un proverbio japonés “Hara hachi bu” que la mayoría de los habitantes del Japón siguen a rajatabla desde que nacen. Según esta regla, no debemos comer hasta saciarnos del todo, sino al 80 % de la capacidad de nuestro estómago. De esta manera, conseguimos ingerir las calorías y nutrientes necesarios para realizar las tareas diarias. Por el contrario, en Occidente cómenos hasta estar llenos del todo. La mayoría de las veces por simple placer. Esto, obviamente, hace que nos sea mucho más complicado mantenernos en forma. Por si no fuera suficiente, al llenar el estómago al máximo de su capacidad, nuestros órganos trabajan al máximo, por lo que los desgastamos antes.

Baños calientes para quemar calorías:


La mayoría de la gente ignoramos que tomar baños calientes nos permite quemar más calorías a lo largo de un día. En Japón es habitual que la población se bañe a diario con agua entre los 38 y 42 grados centígrados durante 30 minutos. En el país del sol naciente a esta costumbre se la denomina tomarse un “medio baño”, ya que el agua les llega por debajo del pecho. Estudios como el de la Universidad de Loughborough han demostrado que esta tradición tan arraigada en la sociedad japonesa tiene múltiples beneficios. Los baños al estilo japonés queman tantas calorías como si camináramos durante 30 minutos. Además, controlan los niveles de glucosa (azúcar) en sangre, evitan la inflamación de las extremidades del cuerpo y mejoran la calidad del sueño.

Toman alimentos de fácil digestión:


Otra de las prácticas japonesas que les permiten mantenerse en forma e, incluso, perder peso es comer alimentos de fácil digestión. Es decir, productos que mantienen nuestro cuerpo caliente, pero sin excederse. Por ello, los japoneses toman alimentos crudos durante los meses de más calor como en verano, mientras que en invierno consumen platos cocinados para que el cuerpo mantenga su calor. A continuación os mostramos cuáles son los alimentos que resultan más fáciles de digerir por nuestro organismo:

-Fruta: los japoneses son una de las poblaciones que más frutas toman a nivel mundial. Principalmente, frutas ricas en vitamina A, B y C. Su dieta está repleta de productos como la sandía, el melón, la manzana, la pera o el plátano.

-Verduras: otro de los productos más utilizados en la cocina japonesa es la verdura. Los japoneses aprovechan al máximo su fibra para mantenerse en forma. La mayoría de las veces la toman hervida al vapor. En esta clasificación encontramos: la Boy choy (similar a la col china), el Eddo (tubérculo parecido a la patata), la calabaza japonesa, el jengibre, los brotes de bambú, el Daikon (una especie de rábano) o la berenjena japonesa.

– Mucho pescado, poca carne: de sobra es conocida la predilección de los japoneses por el pescado. Japón es una de las naciones con mayor consumo de pescado per cápita del mundo. De hecho, en 2018 los japoneses coparon el primer puesto del ranking con un consumo medio de 53,68 kilos de pescado por persona. El pescado es una fuente vital de proteínas, vitaminas y grasas saludables. Además, es un producto mucho más fácil de digerir que la mayoría de las carnes. Los pescados más utilizados en Japón son el atún, la caballa, el besugo, el salmón y el pez globo. Sin embargo, los japoneses no se privan tampoco de comer carne, aunque toman la más sencilla de digerir por el organismo: pollo, gallina, pavo…

Platos típicos japoneses.

Los alimentos que acabamos de nombrar son indispensables en todos los menús japoneses. Por su naturaleza, su digestión es mucho más ligera, ayudan a controlar el peso –al tener menos calorías- y combaten el estreñimiento al tener una alta cantidad de fibra.

Los japoneses no van al gimnasio:


Otro de los trucos es no matarse a hacer ejercicio. Al contrario que los europeos o americanos, los japoneses son asiduos a realizar entrenamientos moderados para no hacer ‘sufrir’ al cuerpo. Caminar, estirar o hacer yoga son ejercicios relajantes que reducen el estrés y que pueden influir en que el cuerpo use la grasa como combustible en lugar de la última comida.

Llevan una alimentación inspirada en el ying y el yang


Muchos japoneses se mantienen en forma porque siguen la dieta macrobiótica creada por el filósofo japonés George Ohsawa. Este plan nutricional, basado en un enfoque holístico de la salud, enfatiza comer y vivir en armonía con la naturaleza para mejorar la esperanza de vida. Según este plan dietético, en Occidente tenemos tantos casos de enfermedades derivadas del sobrepeso por la alimentación moderna que seguimos. Es decir, una alimentación repleta de productos procesados, grasas saturadas y azúcares.

Menú japones para adelgazar.

Para George Ohsawa la salud de los seres humanos está estrechamente ligada a la naturaleza. Por lo tanto, debemos comer y vivir en armonía con la naturaleza para crear un equilibro en nuestro organismo. La dieta del “ying y el yang” no es un plan nutricional restrictivo. Su objetivo es enseñarnos a escoger productos orgánicos en lugar de procesados, así como alimentos cultivados localmente y de temporada. La dieta macrobiótica establece que las comidas se deben dividir de la siguiente manera: cereales integrales (arroz integral, avena, trigo sarraceno, quínoa…) 50%; verduras y frutas de temporada 30% y carne y pescados 20%.

Mantiene una buena postura corporal


El médico japonés Toshiki Fukutsudzi es mundialmente conocido gracias a su revolucionario método para adelgazar, basado en crear conciencia sobre los efectos secundarios de tener una mala postura. Si bien esta técnica al comienzo iba destinada a aquellos pacientes con dolores de espalda, lo cierto es que, pasado un tiempo, el médico japonés descubrió que este truco también servía para bajar de peso gracias a que fortalecía la zona abdominal. Se cree que las capas adicionales de grasa que hay alrededor del abdomen son resultado de una mala ubicación de la pelvis. La técnica de Fukutsudzi es la siguiente:

En primer lugar, debemos coger una toalla y enrollarla. A continuación, nos sentamos con las piernas estiradas hacia el frente dejando una separación de 20 o 30 centímetros entre ambos pies. Ahora, colocamos la toalla enrollada detrás de nuestra espalda. Nos acostamos en el suelo en posición recta con la toalla colocada debajo de la cintura y tratamos de acercar los dedos de los pies mientras mantenemos la distancia entre los talones. Es decir, nuestros pies deben hacer como un triángulo apuntando hacia arriba. El resto del cuerpo, debe quedan en la misma posición inicial. Por último, levantamos los brazos y los llevamos por encima de la cabeza, casi tocando el suelo he intentado unir nuestros dedos meñiques. Se debe permanecer en esta postura durante cinco minutos.

Respiración prolongada para adelgazar


No, no se trata de una broma. Debemos tener en cuenta que la grasa está compuesta carbohidratos (azúcares), pero también de oxígeno e hidrogeno. Al respirar, el oxígeno que inhalamos llega a las células de grasa de nuestro organismo. Cuando esto sucede, las grasas se descomponen en agua y carbono. Por lo tanto, cuanto más oxígeno emplee nuestro cuerpo, más grasas podremos quemar. La prueba de que esto es cierto la tenemos en el actor japonés Miki Ryosuke, quien tras someterse a la “dieta de la respiración prolongada” llego a perder 13 kilos en unos pocos meses.

La técnica de esta dieta consiste en pararse en diferentes posturas, respirar durante tres segundos y exhalar con fuerza durante otros siete. El método más común para poner en práctica esta dieta es el siguiente:

Comenzamos colocando un pie delante del resto del cuerpo, asegurándonos que el 90% de nuestro peso recae sobre el pie que está atrás. A continuación, apretamos los glúteos y respiramos profundamente durante 3 segundos, mientras levantamos los brazos por encima de la cabeza. Finalizamos exhalando durante otros 7 segundos contrayendo todos los músculos del cuerpo. Lo habitual es que saques todo el aire de tu cuerpo en los dos primeros segundos, por lo que en esos 5 segundos de diferencia es donde se produce «el milagro».