Querer perder esos kilos que nos sobran es una de las mejores decisiones que podemos tomar a lo largo de nuestra vida. Mantenernos en nuestro peso ideal es la mejor forma de garantizar que nuestra salud perdure en el tiempo. Sin embargo, querer bajar de peso no significa que busquemos lograrlo a cualquier precio.
Aunque la mayoría de las dietas consiguen reducir el peso, no todas alcanzan el verdadero objetivo que hay detrás de ellas: lucir un cuerpo bonito y tener buena salud. Como ya hemos contado en repetidas ocasiones, todas las dietas de adelgazamiento deberían estar supervisadas por un especialista.
Por supuesto, deben ser planes donde la disminución de la ingesta diaria calórica no sea demasiado estricta. Por último, una dieta de adelgazamiento saludable debe incluir todos los macronutrientes. Esta es la única fórmula adecuada para perder los kilos que nos sobran al tiempo que aprendemos a comer mejor y mejoramos la salud.
Formas peligrosas para la salud de bajar de peso
A pesar de lo dicho anteriormente, millones personas en todo el mundo siguen recurriendo a las dietas milagro. Planes de alimentación muy agresivos donde la reducción de calorías es alarmante o donde hay una clara carencia de nutrientes. Dietas que prometen perdidas de hasta 5 kilos en una semana y, efectivamente, algunas lo consiguen. Sin embargo, a que precio, pues sus efectos en la salud física y mental son devastadores.
Las dietas milagro hacen que perdamos mucho peso, pero la mayoría de este en forma de agua o de masa muscular. Por tanto, el objetivo de mejorar el aspecto físico queda en entredicho, ya que nuestro cuerpo se volverá más flácido. Además, al estar sometidos a un prolongado periodo de severa restricción alimentaria nuestra salud mental también empeora (cambios de humor, ansiedad, insomnio…).
Por si no fuera suficiente, las dietas milagro generan la aparición de un tremendo efecto rebote. La mayoría de quienes se someten a ellas recuperan en muy poco tiempo todos lo perdido y algunos quilos más. Por esta razón, en este post vamos a mostrarte cuáles son las dietas «milagro» más peligrosas que debes evitar.
1. Dietas con «quemagrasas»
Según los especialistas en nutrición, las dietas de adelgazamiento que incluyen las populares pastillas quemagrasas son las más peligrosas. Por un lado, ponen en riesgo nuestra salud por el efecto reboté que causan en la mayoría de las personas. Por otro lado, los «ingredientes» que llevan estas pastillas suelen tener efectos secundarios como el hipertiroidismo. EL hipertiroidismo tiene efectos graves sobre la salud como son la perdida continua del peso corporal, la fatiga, la ansiedad, el insomnio o las diarreas.
2. Dietas depurativas
Las dietas de este tipo se basan en la sustitución de los alimentos sólidos por líquidos. En otras palabras, quienes se someten a ellas deben ingerir las comidas por medio de caldos, sopas, zumos, licuados, refrescos, etc. Por tanto, hablamos de un plan de adelgazamiento muy estricto y, por ende, muy peligroso. Los especialistas afirmar que, además, no depurar correctamente el organismo. Entre los efectos negativos de las dietas depurativas se encuentran la desnutrición (principalmente, por falta de proteínas); la deshidratación (por la toma de muchos alimentos diuréticos) y la perdida de masa muscular (por severa restricción o ausencia total de ingesta de proteínas). Además, las dietas depurativas también provocan que nuestro cuerpo esté falto de otros nutrientes como el cinc o el calcio.
3. Dieta cetogénica
Últimamente muy de moda, este plan de adelgazamiento busca la perdida rápida de grasas por medio de la cetosis. En otras palabras, la ausencia casi por completo de hidratos de carbono, para que el organismo obtenga su combustible de las grasas presentes en él. Obviamente, las proteínas y las verduras son la columna vertebral de esta dieta. No obstante, la dieta cetogénica, aunque garantiza la perdida de peso, tienen efectos negativos en la salud. Los principales síntomas adversos son: deshidratación (por la perdida de glucógeno); mal aliento (la cetosis genera acetona que se expulsa por medio aliento); calambres y fatiga muscular (por la perdida de minerales); estreñimiento (causado por la carencia de carbohidratos que son ricos en fibra) y bajo rendimiento deportivo (los hidratos de carbono son el combustible principal de nuestro cuerpo).
4. Dietas basadas en jugos
Muy similares a las depurativas, las basadas en jugos buscan la disminución rápida del peso mediante el consumo de batidos y licuados de verduras, hortalizas y frutas. Obviamente, esto quiere decir que no aportan los nutrientes necesarios para el organismo. Por ejemplo, las dietas con jugos no incluyen alimentos ricos en proteínas como la carne de aves, el pescado, los lácteos o los huevos. Además, como las ingestas son en forma de líquido nuestro cuerpo prescinde de la masticación y la salivación. Ambos procesos son vitales para sentirnos saciados. Por tanto, estamos provocando que la sensación de hambre se acentúe. Por último, este plan de adelgazamiento hará que perdamos masa muscular por la ausencia de proteínas.
5. Dieta ‘clean eating’
Se fundamenta en comer alimentos limpios. Dicho de otro modo, ingerir productos sin procesar, ecológicos o de temporada. Además, se deben evitar el consumo de lácteos en la medida de lo posible y reducir la toma de carnes. Su principal efecto negativo en la salud es que puede provocar trastornos de alimentación. En especial, la denominada ortorexia, es decir, la obsesión por tomar solo alimentos «saludables». La ortorexia puede llevar a la desnutrición en tanto que la persona que lo padece no disponga de los productos que ella considere saludables para su organismo. En casos así los nutricionistas, para que no nos obsesionemos, aconsejan combinar una dieta de este tipo con una alimentación convencional. En otras palabras, se puede comer fuera de casa, al menos, una vez por semana sin preocuparse de sí los productos son ecológicos, de temporada o sin procesar.