Si has llegado hasta aquí, significa que has decidido probar suerte con la dieta paleolítica. ¡Felicidades, y mucho ánimo! La dieta paleo es un estilo de vida muy saludable, un plan de alimentación que puede ayudarte a mejorar de manera ostensible tu día a día. La dieta del hombre del paleolítico incluye muchos beneficios como la pérdida de peso, el control de enfermedades cardiovasculares, de la diabetes y de la obesidad. Esto se debe, según sus defensores, a que nuestro organismo no ha conseguido adaptarse a los nuevos alimentos que aparecieron con el desarrollo de la agricultura y la ganadería. Dicho de otro modo, como nuestro sistema digestivo no está aún adaptado a este cambio tan drástico en la alimentación, los casos de personas con enfermedades cardiovasculares u obesidad se han multiplicado desde entonces.
Como ya hemos indicado, en la dieta paleolítica puede tomar carnes, pescados, mariscos, frutas, verduras, hortalizas, frutos secos, algunas semillas y aceites de oliva, coco, palma o aguacate. Por el contrario, quedan prohibidos los lácteos y sus derivados, los cereales y las legumbres. Tampoco puede tomar productos procesados, ultraprocesados, azúcares, bebidas azucaradas, zumos industriales, café, descafeinado y edulcorantes. Recuerde que alimentos como los cereales para el desayuno o los postres lácteos, contienen azúcares en grandes proporciones que no aportan ningún beneficio a su organismo.
Adapte la dieta paleo a tus necesidades
Muchas personas que siguen la dieta paleo afirman que no es sencillo hacerlo, ya que vivimos en una sociedad donde los carbohidratos suelen ser el eje central de nuestra alimentación. Sin embargo, podemos adaptar la dieta paleolítica según las necesidades de nuestro cuerpo, así como de nuestra fuerza de voluntad, perseverancia u objetivos. Hay personas que tratan de comer como el hombre del paleolítico, pero, de vez en cuando, toman algún vaso de leche, yogur o porción de queso. Otras prefieren “darse un respiro” una o dos veces por semana tomando cereales como el arroz o los copos de avena.
También hay individuos que prefieren tomar legumbres de manera ocasional. Las legumbres son alimentos ricos en proteínas de origen vegetal, fibra, minerales y vitaminas. Sin duda, se trata de la opción más recomendada a la hora de saltarse la dieta paleolítica por un día. Las legumbres más saludables son las lentejas, las habas, las judías, los garbanzos y la soja. Los platos típicos y más saludables con estos alimentos incluyen: ensalada de alubias blancas; guiso vegano con garbanzos; ensalada de lentejas; guiso de alubias blancas o pintas; fabes con almejas; crema de lentejas y brócoli; espinacas con garbanzos o judías; berenjenas rellenas de soja; ensalada de judías o garbanzos con tomate y atún o garbanzos con calamares. De usted depende si sigue al pie de la letra esta dieta o, por el contrario, se “toma un respiro” uno o dos días en semana.
Menú semanal paleo de tres comidas
Quizás, puedas pensar que con los alimentos que admite la dieta del hombre de las cavernas resulta complicado ponerla en práctica. Sin embargo, no es así. De hecho, nosotros le presentamos cuatro menús semanales para facilitarles las cosas. Como ya habrá podido imaginar, en este artículo le enseñamos un menú semanal compuesto por tres comidas: desayuno, comida y cena. La dieta paleo no implica tener que hacer las cinco comidas habituales que recomiendan la mayoría de los regímenes dietéticos. En realidad, apuesta porque solo hagamos tres comidas al día, ya que de este modo nuestra alimentación se asemejara más a la de nuestro antepasados. De todos modos, ya sabe: adapte la dieta paleo a tus necesidades.
¿Qué comer “entre horas” en la dieta paleolítica?
La mayoría de las personas prefiere hacer cinco comidas al día: tres principales y dos ligeras. Sí este es su caso, no dude en tomar algo a media mañana y por la tarde. ¡Ojo!, pero no esté picando entre horas, ya que estará echando por tierra todo su esfuerzo. Cuando hablamos de almorzar y merendar, nos referimos a comer una pequeña a una hora concreta. Por norma general, a las 12:00 p.m. el almuerzo, a las 18:00 h p.m., la merienda. Estas comidas deben ser ligeras, deben servir de complemento a las tres principales. Nos ayudan a sentirnos siempre saciados, de modo que no notamos el deseo de picotear entre horas.
En el caso de la dieta paleo, los alimentos para tomar a media mañana o por la tarde tienen que ser frutos secos, semillas, frutas, huevos… En lugar de tomarse una barrita energética o un yogur griego, debe comer alimentos como las naranjas, los plátanos, las nueces, las almendras, un huevo duro o, incluso, una lata de atún. También puede optar por los frutos secos fritos en el microondas, las pipas de calabaza, los smoothies de aguacate y plátano o los chips de frutas. La cuestión está en que tiene que evitar tomar los clásicos snacks, yogures, zumos y refrescos azucarados y, por supuesto, cualquier clase de bollería industrial o helados.