Continuamente os enseñamos toda clase de dietas y métodos para que perdáis esos kilos de más. Sin embargo, hasta ahora apenas os hemos dado de información sobre lo qué debéis hacer después del régimen. Como todas ya sabéis, durante la dieta cambiáis vuestros hábitos alimenticios.

Por norma general, coméis menor cantidad. No obstante, cuando alcancías el objetivo que os marcasteis volvéis a lo de siempre. Obviamente, esto representa un grave error, puesto que corréis el riesgo de que aparezca el tan temido efecto rebote. Pero tranquilas, ya que para el periodo posterior al régimen existe una dieta con la que no tendréis que preocuparos de recuperar lo perdido. Hablamos de la denominada dieta inversa, que consiste en sumar cada día lentamente calorías a nuestra alimentación. Veamos de qué trata y sus efectos en el organismo.

¿En qué consiste la dieta inversa?

La dieta inversa es la que prácticamente todas deberíamos hacer después de someternos a una dieta restrictiva. Imaginad que habéis estado seis meses con un déficit calórico de 500 calorías diarias para perder peso. Un déficit que, como muchas veces os hemos indicado, habréis ido aplicando poco a poco. Pues bien, lo que defiende la dieta inversa, para evitar el efecto rebote, es justamente lo contrario.

Es decir hay que subir poco a poco la ingesta de calorías. Un aumento lento, pero progresivo que los especialistas sitúan alrededor de las 100 calorías semanales. Así hasta que vuestra alimentación os permita mantener vuestro peso. En definitiva, con este régimen, en teoría, no recuperaréis el peso perdido y aceleraréis el metabolismo. Normalizar las hormonas del hambre o controlar el apetito es indispensable para evitar los atracones y recuperar el peso rápidamente.

¿Qué dicen los expertos?

La mayoría están de acuerdo en que la dieta inversa tiene un enfoque acertado. No obstante, para algunos no es la recomendable pues requiere que contemos las calorías.  Este proceso es muy tedioso y puede que muchas personas lo abandonen a los pocos días. La dieta inversa no es fácil de aplicar porque requiere de constancia y voluntad.

A pesar de ello los expertos afirmar que merece la pena pues ayuda a acelerar el metabolismo. «Al aumentar lentamente la ingesta calórica diaria, aumenta también el efecto termogénico de los alimentos y la eficiencia del metabolismo y, por tanto, el cuerpo quema la energía en vez de almacenarla en forma de grasa», detalla la nutricionista Julia Sarah Hennig.

Basándonos en lo dicho anteriormente, la dieta inversa es el mejor método para evitar el efecto rebote. Sin embargo, hay que tener cuidado de no obsesionarse contando las calorías o controlando lo que comemos. En la práctica la dieta inversa consiste en aumentar cada semana un poco las calorías, pero sin volverse locos. Por ejemplo, la primera semana podéis incluir un yogur al día. La siguiente semana una pieza de fruta. Otra semana dos rebanadas de pan integral. Y así progresivamente.

Consejos para que funcione la dieta inversa

¿Queréis tener éxito con la dieta inversa?¿No queréis recuperar los quilos que tanto os ha costado perder? Entonces, prestar atención a estas reglas. Hay suficientes conocimientos nutricionales para afirmar que estos son los factores que influyen en el resultado de la misma.

  1. Aumentar las calorías lentamente: nuestro organismo es muy inteligente. Sabe adaptarse a situaciones extremas como el déficit calórico. Para ello reduce el ritmo de nuestro metabolismo. En el caso de la dieta inversa el proceso es el mismo, pero al revés. Por lo tanto, debéis aumentar las calorías diarias en torno a 50 o 100 cada semana. Paciencia, el metabolismo se irá acelerando al igual que se reduce durante las dietas restrictivas, pero poco a poco.
  1. Comer de forma sana: lo que comemos es tan importante como la cantidad de calorías que tomamos. No es lo mismo que esas 100 calorías de las que hablamos provengan de frutas y verduras que de dulces o golosinas. En la dieta inversa el incremento de calorías debe ser a través de productos de bajo índice glucémico, puesto que aumentan los niveles de insulina lentamente. De esta manera, evitaréis cometer atracones. Un excedente de calorías que ira directo a parar a vuestra cintura en forma de grasa.
  1. Atención a los macronutrientes: cuando seguimos una dieta baja en calorías, los macronutrientes son muy importantes. A no ser que cambies vuestro estilo de vida de manera radical, debéis distribuir los macros igual que cuando estabais en una dieta restrictiva. Al menos durante las primeras semanas. Es recomendable que en caso de querer cambiar la distribución de los macro, aumentéis el consumo de proteínas y reduzcáis el de hidratos. Con el paso de las semanas, podréis ir sustituyendo las proteínas por más carbohidratos, pero lentamente.
  1. No os olvidéis del deporte: al igual que cuando estamos en una dieta restrictiva, el ejercicio resulta fundamental para mantener los resultados. Si cambias vuestra dieta, si subís la ingesta caloría, debéis aumentar vuestro desgaste físico. El deporte es la mejor manera de ayudar a mantener el cuerpo en forma. Además, libera hormonas que mejorar nuestro estado anímico y nos ayuda a dormir mejor. Factores claves para poder seguir un plan de alimentación correcto.

Quizás, la dieta inversa os parezca un poco complicada o, incluso, difícil de seguir. Sin embargo, es uno de los métodos más efectivos a la hora de mantener la figura. Merece la pena intentarlo.