Por qué debes incluir la soja a tu dieta

Seguro que has oído hablar de ella, o incluso puede que hasta la hayas probado pero ¿conoces todas las propiedades que tiene o los beneficios que le puede aportar a tu salud si la incluyes en tu alimentación? No pasa nada si desconoces este alimento, porque en este artículo te daremos toda la información que necesites para que sea indispensable añadirla a tu dieta.

¿Qué es la soja?

Se trata de una legumbre procedente de Asia, la cual aunque para muchos es totalmente desconocida, se lleva consumiendo desde hace incluso siglos.

Este alimento se consume normalmente en grano, en aceite o harina, aunque también tiene unos derivados de los cuales hablaremos más adelante.

Además, su cultivo es muy fácil, ya que crece en diferentes lugares, sin importar mucho las condiciones ambientales.

¿Qué propiedades tiene la soja?

Este alimento es una de las piezas fundamentales dentro de una dieta vegetariana debido a su alto grado en proteínas, por lo que es el principal sustitutivo de la carne. Resulta muy nutritiva, además por la cantidad de proteínas que contiene, por su contenido en fibra, vitaminas del grupo B (la B12 no estaría incluida), calcio, magnesio, fósforo y potasio, entre otros.

Además, como otros vegetales, tiene un alto grado de hidratos de carbono y muy pocas grasas, por lo que parece uno de los alimentos más indispensables para una dieta de adelgazamiento.

¿Qué beneficios aporta la soja a nuestro organismo?

Por todas estas propiedades que mencionábamos en el punto anterior, este alimento puede aportar beneficios a nuestra salud, los cuales son:

Ayuda a regular los principales trastornos corporales que provoca la menopausia, como los sofocos, por su contenido en isoflavonas.
Previene enfermedades coronarias o la osteoporosis por su alto contenido en calcio.
Contribuye en la mejora del sistema circulatorio y en la prevención de la hipertensión, esto es debido a su contenido en fibra e isoflavonas que hacen disminuir el colesterol malo y los triglicéridos, por lo que previene que estos se depositen en las arterias y den lugar a arteriosclerosis o mala circulación.
Especialmente indicada para diabéticos, ya que ayuda a estabilizar los niveles de azúcar en la sangre, al liberar estos poco a poco.
Colabora y facilita una mejor realización de la digestión debido a su contenido en fibra, lo que impide el estreñimiento, porque favorece además los movimientos del intestino.

Algunos alimentos derivados de la soja

Como comentábamos anteriormente, la soja se presenta en diferentes formas, y por tanto existen diversos alimentos derivados de la misma que puedes incluir en tu dieta para ayudar a cambiar tu alimentación:

Granos de soja: Estos se cocinan como cualquier otra legumbre, cociéndolos, para que presenten todas las propiedades que contienen.
Tempeh: Esto se obtiene cociendo las habas de soja durante una hora y dejando que fermenten, lo que favorece nuestra digestión evitando los gases que provocan otro tipo de legumbres.
Salsa de soja: También llamada Tamari, y si se combina con trigo Este último se consigue después de fermentar la soja con agua, trigo y sal durante 3 años. La que acostumbramos a comprar en los supermercados tiene, a su vez, glutamato monosódio, que eliminaría parte de sus propiedades, además de llegar a producirnos incluso adicción.
Tofu: Este se obtiene a partir de leche de soja, por lo que es un alimento muy parecido al queso. A pesar de que puede implicar una mala absorción del hierro, debido a sus isoflavonas ayuda a regular los cambios corporales de la menopausia. A pesar de parecer un queso, este no debe comerse crudo, sino que lo ideal es hervirlo o hacerlo a la plancha, y tomarlo no más de dos veces a la semana.
Miso: Se trata de una pasta, la cual se puede combinar con arroz o cebada. Con ella podemos cocinar sopas y salsas, pero utilizando una mínima cantidad, ya que tiene un alto contenido en sal, e incluso añadirlo en el último momento de cocción. Este es uno de los mejores alimentos derivados de la soja, por su poder de depuración.