Pese a que cada vez somos más conscientes de los problemas que ocasiona el hambre en el mundo y la contaminación derivada de las actividades agricolas y ganaderas, los datos siguen demostrando que nos queda un largísimo camino para paliar estas cuestiones. Cada año, alrededor de 1.000 millones de toneladas de alimentos se desperdician en todo el mundo. Productos que por distintas razones acaban antes de tiempo en las bolsas de basura del hogar, en los contenedores de residuos de minoristas, de restaurantes y de otros servicios de alimentación. Según la Organización de Naciones Unidas, el peso de los alimentos que desaprovechamos equivale alrededor de 23 millones de camiones de gran envergadura cargados hasta arriba de alimentos. Debido a la contaminación medioambiental y al crecimiento demográfico, el ser humano no puede permitirse seguir derrochando de este modo.

Quizás esta cifra no es muy reveladora si no se está familiarizado con la producción mundial de alimentos. Pues bien, desperdiciar unos 1.000 millones de toneladas de alimentos cada año representan alrededor del 20% de la producción mundial. Esta comida bastaría para alimentar a más de 2.000 millones de personas. Si tenemos presente que en 2021 algo más de 800 millones de personas pasaron hambre en el planeta, podríamos erradicar para siempre este obstáculo de sus vidas. Por desgracia, las malas prácticas, la cultura del consumismo y la falta de una verdadera educación medioambiental, son las responsables de esta situación.

Desperdiciar alimentos sin ton ni son es un inconveniente que repercute directamente en millones de personas, tanto desde un punto social como económico. Además, contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero y, por tanto, al calentamiento global. El artículo de hoy va dedicado a estas personas. Está enfocado en enseñarnos como ser más responsables con los alimentos que adquirimos. Como ser más empáticos y conscientes con los problemas de otras personas que no tienen la suerte de haber nacido en una sociedad desarrollada donde tenemos alimentos en abundancia.

¿Cómo se desperdician los alimentos en el mundo?


El desperdicio de alimentos en el planeta se produce por muchos motivos. En primer lugar, por la falta de una cultura del ahorro, por el consumismo desmedido. Cada año se desperdician millones de toneladas de alimentos en los hogares de los países más desarrollados. La población tira a la basura una parte importante de la comida porque considera que está en mal estado o simplemente se equivoca al calcular las raciones que va a ingerir. Sin embargo, esta no es la única razón. Otro de los motivos del desperdicio de alimentos está relacionado con los medios de transporte. Cuando menor sea el tiempo desde que un producto sale de la huerta o del matadero hasta que es servido en la mesa, menos probabilidades hay de que este acabe en el basurero. Se estima que en países desarrollados un 20% de los alimentos se destruyen o caducan durante su transporte hacia los mercados de abastecimiento. Una cifra que supera el 40% en los países en vías de desarrollo, ya que estos cuentan con unas infraestructuras de transporte menos avanzadas.

Cómo evitar tirar la comida.

Por otra parte, de todos los alimentos que desperdiciamos, el 40% sucede por los propios consumidores finales que no prestan atención a la caducidad de los productos que adquieren en los supermercados. Estas costumbres repercuten directamente en el medio ambiente. Cada año se necesitan millones de toneladas de fertilizantes, cientos de miles de millones de litros de agua para el regadío, así como el empleo de maquinaria altamente contaminante y la deforestación de grandes áreas verdes, para que la producción de alimentos sea capaz de suplir los productos que desperdiciamos. Y aun así, millones de seres humanos pasan hambre. Además, cuando desperdiciamos alimentos también lo hacemos con el trabajo, la inversión económica y el esfuerzo de millones de personas en todo el mundo. En definitiva, desperdiciar los alimentos es algo que nos afecta a todos. Tanto consumidores finales como minoristas o agricultores, todos debemos concienciarnos con este problema.

¿Cuál es el coste económico y ambiental de desperdiciar los alimentos?


Es prácticamente incalculable el coste económico que tiene desperdiciar alimentos. Pensemos que en esta industria intervienen: manufacturas de fertilizantes, maquinaría agrícola, manufacturas de producción, industrias relacionadas con la recolección, el envasado, el transporte y la distribución de los alimentos. Por lo tanto, estamos hablando de que cada año él desperdicio de alimentos provoca la perdida de cientos de miles de millones de dólares en todo el planeta. Además, está el tema medioambiental del que ya hemos hablamdo. Según la FAO, el desperdicio de comida es responsable del 8% de las emisiones de gases de efecto invernadero en todo el planeta. Asimismo, se estima que alrededor del 25% de la tierra agrícola se emplea en la producción de alimentos que acabarán en los basureros en lugar de las despensas y neveras de nuestro hogar. Finalmente, el 21% del agua empleado para la agricultura y la ganadería se destina para elaborar alimentos que se desperdician.

Consejos para evitar el desperdicio de alimentos


1. Adoptar una dieta más saludable y sostenible: vivimos en una sociedad muy ajetreada, repleta de estrés y obligaciones diarias. Por ello, muchas veces dejamos de lado nuestra alimentación. Comemos lo primero que pillamos. Sin embargo, preparar comidas saludables no es tan complicado como pensamos. En Internet abundan recetas saludables y rápidas de elaborar que podemos compartir con toda la familia.

2. Comprar solo lo necesario: el mejor método para evitar el desperdicio de alimentos es planificar las comidas. En primer lugar, debemos hacer una lista de la compra que incluya todos los productos que vamos a emplear para preparar las comidas de varios días o toda una semana. A continuación, podemos aprovechar el fin de semana para cocinar las comidas de la próxima semana. Finalmente, guardaremos los alimentos ya preparados en la nevera o el congelador en función del día que vayamos a consumirlos. Con esta simple fórmula, no solo evitaremos el desperdicio de alimentos, sino que además ahorraremos dinero.

3. Escoger frutas y hortalizas feas: solemos pensar que los alimentos con peor aspecto están caducados o en mal estado. Sin embargo, no tiene por qué ser así. Los supermercados están acostumbrados a desechar muchas frutas y hortalizas porque el cliente las juzga por su apariencia. Las frutas u hortalizas con formas extrañas o magulladas tienen el mismo sabor que las demás. Por otra parte, debemos adquirir las piezas de fruta más maduras para preparar los zumos y postres.

4. Almacenar los alimentos con sabiduría: los alimentos que estén más cerca de caducar tienen que ser colocados siempre en la parte delantera de la nevera o del armario. Por el contrario, los productos que acabamos de adquirir se almacenarán en la parte posterior. De esta manera, evitaremos desperdiciar alimentos por su fecha de caducidad. Además, es importante emplear envases herméticos para mantener frescos en la nevera los alimentos abiertos.

Consejos evitar desperdiciar alimentos.

5. Interpretar correctamente las etiquetas de los productos: a menudo cometemos el error de pensar que la fecha de “consumo preferente” es lo mismo que la fecha de caducidad. Sin embargo, no es así. En la mayoría de las ocasiones, los productos que han pasado de la fecha de “consumo preferente” todavía son aptos para el consumo humano. Un alimento solamente no puede ingerirse cuando ha alcanzado su fecha de caducidad.

6. Reutilizar los alimentos desperdiciados: en lugar de tirarlos al cubo de la basura, podemos emplearlos como abono orgánico o compost. De este modo, los nutrientes de los alimentos son nuevamente aprovechados por la tierra.

7. Respetar el proceso de producción de los alimentos: la comida nos conecta unos con otros. Es importante valorar la dificultad y los costes que conlleva la producción de alimentos.

8. Adquirir productos locales: es importante apoyar a los agricultores locales y a las pequeñas empresas de nuestra comunidad. En lugar de ir al supermercado, es fundamental comprar los alimentos de los minoristas o directamente de los propios agricultores. Además, los productos frescos y de temporada deben prevalecer sobre los procesados.

9. Mantener a flote la población de peces: el pescado no es un recurso ilimitado. Es muy importante consumir aquellas especies que abundan más en los océanos, como es el caso de la caballa o la merluza, en lugar del atún o el bacalao, que están sobreexplotados. Asimismo, se deben adquirir los ejemplares adultos, no los más pequeños. Recordemos aquel famoso eslogan: Pezqueñines, ¡No, Gracias! Hay que comprar pescado que sea capturado en su etapa adulta o criado de forma sostenible.

10. Emplear menos agua: sin agua no podemos producir alimentos. Si bien es importante que la agricultura y la ganadería gasten menos agua, cuando reducimos el desperdicio de alimentos también ahorramos agua que se emplea para su producción. Reducir de otros modos el consumo de agua es importante: arreglar las goteras o cerrando el grifo mientras nos cepillamos los dientes.

¿Cómo conservar los alimentos en la nevera?


Saber gestionar la nevera también es un paso fundamental a la hora de evitar desperdiciar la comida. Los alimentos que caducan más rápido, como la fruta y la verdura, debemos almacenarlos con sensatez para evitar que se echen a perder. Con estas simples indicaciones, reduciremos el desperdicio de alimentos perecederos:

1. Mantener la temperatura de la nevera por debajo de los 5°C. La del congelador a -18°C .

2. Las comidas que ya están preparadas han de colocarse en la parte superior del frigorífico. Los alimentos crudos, en los estantes inferiores.

3. Cuando abramos alimentos en conserva (verduras troceadas, atún, mejillones, cebolletas, encurtidos…), se han de trasferir a un recipiente adecuado. No es recomendable guardar estos productos en la lata.

4. Algunas frutas emiten gases naturales que estropean los alimentos que se encuentran a su alrededor rápidamente. Por ello, es importante que alimentos como la manzana, el plátano o los tomates, estén separados del resto de productos.

Planificar comidas.

Reducir el desperdicio de alimentos después de la cosecha es complicado, pero, como hemos visto, es fundamental. Combatir la pérdida de alimentos comprende muchos beneficios: reduce el hambre en el mundo, contiene la contaminación derivada de los gases de efecto invernadero, ahorra recursos naturales y económicos… Limitar el desperdicio de comida es un paso más hacia un futuro más sostenible.