Uno de los mayores dificultades que se nos presentan cuando queremos llevar una dieta saludable es la falta de tiempo. Jornadas de trabajo que parecen no acabar, las gestiones diarias, los niños, las tareas del hogar, los estudios… Seamos sinceros, con esta cantidad de quehaceres diarios es complicado sacar el tiempo necesario para cocinar como es debido. Por desgracia, los alimentos precocinados se han convertido en la comida habitual de millones de personas en todo el mundo.

Como sabemos estos alimentos no son precisamente los ideales para llevar una dieta saludable pues contienen grandes cantidades de azúcares, sales y conservantes. Además, favorecen el picoteo entre horas. En otras ocasiones, no se trata del consumo abusivo de precocinados sino de que los horarios tan estrictos no nos permiten comer despacio o dejar el tiempo suficiente para reposar la comida. El problema está tan presente que ya hemos aceptado comer si es necesario frente al ordenador, o bien pasar todo el día picoteando de forma inconsciente sin llegar a ingerir una comida como debe ser. ¡Un error peligroso para nuestra salud!

Especial atención deben prestar aquellas personas que realizan trabajos que necesitan poco esfuerzo físico: trabajos de oficina, secretarias, trabajos de ejecutivos, autoservicios… Esta clase de perfiles suelen eliminar de su dieta diaria las frutas y las verduras, sustituyéndolas por carbohidratos de poca calidad y grasas saturadas. Obviamente, todo lo dicho anteriormente repercute de forma muy importante en nuestra salud pues favorece el aumento de peso y la aparición de enfermedades cardiovasculares. No obstante, comer de forma sana y dedicar poco tiempo a la cocina no son conceptos opuestos. Gracias a nuestros siguientes consejos aprenderás a comer sano aun teniendo poco tiempo para pasarlo en la cocina:

1. Planificación

Al igual que en otros ámbitos de la vida, cuando nos falta tiempo, la planificación es la clave para comer sano. En este sentido podemos dedicar un ratito de nuestro fin de semana para elaborar una lista con las comidas de la próxima semana, es decir, lo que vamos a comer cada uno de los siete días. Coger una hoja en blanco y apuntar lo que vamos a comprar en el supermercado asegurándonos de que las verduras, las frutas y los pescados son los alimentos más abundantes. De esta manera, conseguiremos llevar una dieta lo más sana y equilibrada posible al tiempo que evitamos repetir los platos. Recuerda que caer en la monotonía es uno de los principales motivos por los que acabamos comiendo de mala manera.

2. Utiliza tanto la nevera como el congelador

Seguramente, habrá días en los que tengas suficiente tiempo para cocinar platos más elaborados como cocidos, estofados y asados. Sin embargo, en ocasiones el tiempo jugara en tu contra, por lo que necesitaras recurrir a alimentos rápidos de preparar, o bien ya cocinados. En este caso, puedes guardar en la nevera legumbres y huevos ya hervidos, hortalizas, frutas y carnes fáciles de preparar. Por otro lado, si prefieres tomar platos más «consistentes» puedes echar mano del congelador. Por ejemplo, puedes cocinar un guiso que te guste y guardarlo en el congelador para varias ocasiones. Dicho de otro modo, cuando tengas un día libre cocina el doble y congela el resto para tener a mano comidas rápidas de preparar entre semana. De este modo, podrás tomar un plato saludable y bien elaborado con tan solo dedicar unos minutos a que se caliente en el horno microondas. Es importante poner la fecha de preparación en el envase para calcular su caducidad que ¡los congelados también se estropean!

3. Presta atención al desayuno

Como bien sabrás, el desayuno es la comida más importante del día. Tras 10 o 12 horas sin ingerir nada nuestro cuerpo necesita un buen aporte de energía y nutrientes para comenzar con fuerza el día. Un desayuno incompleto causa fatiga, sueño y cansancio. Cuando no dispones del tiempo necesario para cocinar, saltarse la primera comida del día es lo peor que puedes hacer. Con el paso de las horas comenzaras a notar una terrible ansia por comer, por lo que te resultara complicado llegar al almuerzo sin picotear antes algo. Quizás, lo malo no sea que comas algo entre horas, sino que se trate de alimentos poco saludables (carbohidratos y grasas saturadas). Por tanto, saltarse el desayuno no es conveniente si de verdad quieres llevar una dieta saludable.

4. Bebe mucha agua

Cualquier dieta saludable debe incluir un consumo de entre 2 y 2.5 litros de agua diarios, aunque esta cantidad puede ser mayor en función de nuestra actividad física. El agua ayuda a evitar la retención de líquidos y favorece el proceso digestivo. Además, muchas veces nuestra mente confunde la sed con el hambre, por lo que solemos picotear algo entre horas pensando que de verdad tenemos hambre. Al mantenernos bien hidratados evitamos esa sensación y, por tanto, ingerimos menos calorías. Por supuesto, nuestro consumo de agua también puede provenir de otras fuentes sanas como los caldos, los jugos (no industriales), las ensaladas o las sopas.

Desde Dietarapidaysana esperamos que con estos consejos puedas, por fin, llevar una dieta sana invirtiendo el menor tiempo posible. Recuerda que la clave esta en no comer lo primero que pilles en la nevera cuando llegues a casa. Tampoco te saltes las comidas. Una buena alimentación te garantizará disfrutar de buena salud durante toda la vida.