Casi con total seguridad, el microondas sea el electrodoméstico que más utilizamos a lo largo del día en casa. Para calentar la leche del desayuno, un café, una crema de verduras o una sopa de fideos, el microondas siempre es nuestro aliado. A pesar de ello, cuando hablamos de alimentación sana, jamás reflexionamos sobre la utilidad que puede tener este electrodoméstico. Contrario a lo que solemos pensar, existen numerosas recetas saludables para microondas que en nada tiene que envidiar a las clásicas comidas caseras. Sin embargo, no estamos aquí para mostraros cuáles son estas dietas, sino para enseñaros como cocinar de forma sana con el microondas. De esta manera, tanto si se trata de una comida sana o insana para el cuerpo, os ahorraréis tiempo y quebraderos de cabeza en su preparación.
El origen del microondas
El microondas lleva entre nosotros desde finales de la Segunda Guerra Mundial. Su creador fue Percy Spencer, ingeniero de la desaparecida Raytheon. Spencer se dio cuenta de que al pasar una chocolatina por delante de un radar esta se derretía. Tras repetir el proceso con unas palominas – que estallaron- se percató de que las ondas de radar tenían una gran utilizad a la hora de calentar y cocinar los alimentos. A partir de entonces él y su compañía se dedicaron a desarrollar el horno microondas. El primer aparato salió al mercado en 1947 con un tamaño de 1,6 metros y 80 kilos de peso. Su valor era de más de 5000 dólares, por lo que pocos podían permitírselo. Con el paso del tiempo, estos electrodomésticos fueron haciéndose más pequeños y accesibles económicamente. Actualmente, la mayoría de los hogares del mundo desarrollado cuentan con este electrodoméstico en sus cocinas. El horno microondas utiliza las ondas electromagnéticas (las mismas que usan los radares o teléfonos móviles) para mover las moléculas de la comida. Este continuo movimiento provoca que los alimentos se caliente en cuestión de segundos o minutos.
Trucos para cocinar con el horno microondas
1. Escoge el recipiente adecuado: los envases de vidrio o cerámica son los que mejores resultados dan, siempre y cuando, lleven una etiqueta que asegure su uso en un microondas. Los envases de cartón, papel o plástico (estos deben contener poca cantidad de Bisfenol) también son aptos para cocinar la comida en el horno microondas. Por el contrario, evita emplear recipientes aluminio, papel de estraza o envases de plástico de alimentos precocinados (el plástico con el que están hechos es de mala calidad).
2. Deja reposar la comida: en este electrodoméstico las comidas alcanzan temperaturas extremas. Por tanto, aunque ya hayas sacado el plato del microondas puede que los alimentos sigan varios minutos más cocinándose.
3. Primero descongela: uno de los errores más comunes que cometemos es el de calentar la comida directamente del congelador, craso error. Primero debes descongelar los alimentos que hayas sacado del congelador (pescados, carnes, sobras, etc.) a baja potencia. De este modo, conseguirás que los alimentos estén como si no hubieran salido de la nevera hace tan solo unos segundos. Posteriormente, caliéntalos a potencia normal para servirlos en la mesa bien cocinada.
4. Tapa siempre los alimentos: salvo en contadas ocasiones, las comidas cocinadas en este electrodoméstico han de cubrirse con una tapa de cristal. Por un lado, evitas que la parte superficial del plato quede demasiado reseca. Por otra parte, ya no tendrás que preocuparte de que los jugos de las comidas salpiquen el interior del microondas.
5. Las proteínas se cocinan antes: el huevo, la carne de ternera, la pechuga de pavo, el pescado al vapor… Cualquier alimento bajo en grasas, siempre se cocina mejor y más rápido en un horno microondas. Además, al no ser necesario el uso de aceite -como en el caso de la sartén- tendrá menos cantidad de calorinas. Sin embargo, los alimentos alcanzan temperaturas más bajas en el microondas (en torno a 70 u 80 grados) que en el horno tradicional (superior a 180 grados), por lo que no quedara doradita. Además, en este punto debes tener en cuenta el tiempo de cocinado. Por ejemplo, en el horno tradicional 150 gramos de pescado estarán listos en diez minutos mientras que en el microondas bastara con solo dos.
6. Remueve la comida: cuando vayas a cocinar un plato de gran tamaño, debes sacarlo, al menos, una vez y removerlo. De esta manera, evitarás esa desagradable sensación que se siente al estar comiendo un plato muy caliente por la parte exterior y frío por la interior.
7. Cuidado no te quemes: si bien es cierto que en el microondas la comida no alcanza temperaturas tan altas como en el horno, no podemos coger los platos sin protección. Tras tres minutos de cocinado, la superficie de un envase puede salir del microondas a más de 80 grados. Por tanto, hay que ser precavidos.
8. No descuides la limpieza: se recomienda limpiar el interior del microondas después de cocinar cada comida. Esta tarea se vuelve fundamental cuando se produzcan salpicaduras o se derramen algo en su interior. Para ello, se debe aplicar agua y jabón con un paño de cocina en su interior, pero también en la puerta y en las juntas.