¿En qué consiste la dieta Clean Eating?
En el artículo de hoy, os presentamos la dieta Clean Eating, un método de nutrición que, más que una dieta al uso, consiste en alimentarse con productos saludables. De hecho, su significado en español es literalmente “alimentación limpia”. Por lo tanto, cuando hablamos de Clean Eating, no nos referimos a una dieta revolucionaria. Este plan nutricional es similar a cualquier tipo de dieta sana, sostenible y equilibrada. Entonces, ¿se trata de una dieta? Pues, lo cierto es que no exactamente. Al hablar de Clean Eating hacemos referencia a cualquier tipo de alimentación que incluye alimentos frescos y naturales, así como a un estilo de vida saludable. Esta manera de alimentarse favorece el consumo equilibrado de hidratos de carbono, proteínas y grasas.
Quienes siguen esta forma de alimentación, comen alimentos frescos y de temporada. Es decir, evitan el consumo de alimentos procesados, con aditivos y con azúcares refinados. El Clean Eating también implica un tipo de alimentación que sea respetuosa con el medio ambiente y dé importancia al origen de los productos. Comer limpio -o Clean Eating-, por tanto, más que una dieta, es un estilo de vida. Se trata de unos hábitos específicos de alimentación sana y equilibrada que ya ha conquistado a estrellas de Hollywood como Angelina Jolie, Nicole Kidman o Gwyneth Paltrow. Quienes comen limpio, no buscan adelgazar -aunque se puede-, sino mantener su peso o evitar el efecto rebote que habitualmente se produce en las dietas más estrictas.
Pautas para la dieta Clean Eating
Evitar o limitar el consumo de alimentos procesados: al tratarse de una alimentación “limpia” significa que debemos evitar a toda costa los productos procesados: cereales para el desayuno, galletas, bollería, embutidos, refrescos azucarados, mantequillas… Estos alimentos contienen una gran cantidad de conservantes, estabilizantes y colorantes, que son poco recomendables para el organismo. Por el contrario, se anima a consumir alimentos como las frutas y verduras de temporada, así como carnes y pescados frescos y procedentes de la ganadería ecología y la pesca sostenible.
Eliminar los alimentos que causan hipersensibilidad: la alimentación sana prohíbe el consumo de alimentos con gluten, así como los lácteos, la soja o el café. Algunas personas desarrollan alergia o hipersensibilidad a este tipo de productos. Entre los efectos derivados de la hipersensibilidad a los alimentos destacan: irritación del colon, cefaleas, fatiga, hinchazón abdominal, estreñimiento crónico, piel seca y acné.
No fijarse en la cantidad, sino en la calidad: los expertos en nutrición, salvo que se quiera perder peso, aconsejan evitar el conteo de calorías durante este tipo de alimentación. En su lugar, hay que centrar la atención en la calidad y variedad de los productos. La clave está en elegir las frutas, verduras y hortalizas con los colores más intensos, ya que son las que contienen más antioxidantes.
Apostar por los alimentos alcalinos: también es fundamental que nuestra alimentación contenga un gran número de alimentos alcalinos. La alimentación alcalina favorece que el pH de nuestro cuerpo se mantenga en los niveles o rangos saludables. Entre los beneficios de ingerir este tipo de alimentos destacan: la mejora de la salud estomacal, la prevención del cáncer, el desarrollo de osteoporosis y la perdida de peso. Ejemplos de alimentos alcalinos: espinacas, ajo, remolacha, lentejas, garbanzos, avellanas, judías, peras, papaya, dátiles, aguacate, té verde, tofu…
Combinar los alimentos: combinar mal los alimentos nos pueden quitar la energía en lugar de dárnosla. Por ejemplo, algunos grupos de alimentos como las proteínas y los carbohidratos mal combinados atrasarán la digestión, provocando una carga en nuestro cuerpo y generando residuos tóxicos derivados de la fermentación o putrefacción.
¿Qué alimentos puedo comer en la dieta Clean Eating?
Legumbres: frijoles, alubias, guisantes, judías verdes, garbanzos, habas, etc. Son una rica fuente de proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales.
Frutos secos: almendras, nueces, avellanas, cacahuetes, anacardos, piñones, pipas, semillas de chía.
Verduras frescas: berenjena, zanahoria, pepino, patata, ajo, calabaza, acelga, pimiento, rábano, lechuga, cebolla, espinaca, calabacín…
Fruta fresca y de temporada: primavera (aguacate, fresa, albaricoque, ciruela, kiwi…), verano (cereza, uva, mora, melón, sandía, mango), otoño (castaña, caqui, uva, naranja, mandarina…) e invierno (naranja, kiwi, uva, granada, fresa, pomelo…)
Especias: cúrcuma, romero, albahaca, eneldo, tomillo, orégano, comino, azafrán, curry…
Cereales y pseudocereales sin procesar: avena, arroz integral, quínoa, mijo, trigo, centeno…
Fuentes de proteínas saludables: carne fresca (pollo, pavo, gallina, ternera, cordero, cerdo, buey) y pescado fresco (atún, caballa, sardina, trucha, boquerón, salmón…).
¿Puedo perder peso con la dieta Clean Eating?
Por sus características, comer limpio de manera prolongada, tiene efectos muy positivos para el organismo. Seguir la dieta Clean Eating, con su abundancia de alimentos frescos, sin procesar y saludables, debería ser la base de alimentación de todas las personas a lo largo de su vida, ya que nos permite mantenernos en nuestro peso ideal y evitar el efecto rebote de las dietas estrictas. Ahora bien, estos hábitos no implican la perdida de peso en sí. Como bien sabemos, el factor decisivo para bajar de peso no es la elección de los alimentos, sino la cantidad de calorías que ingerimos. Para perder peso comiendo limpio, debemos asegurarnos de que comemos menos de lo que gastamos a diario.
Pros y contras del método nutricional Clean Eating
Quienes defienden este método dietético, lo hacen por los siguientes motivos:
Mejora la digestión y el tránsito intestinal.
Evita la hinchazón del estómago y las grasas.
Más energía.
Mayor apreciación del sabor de los alimentos frescos y naturales.
Evita la inflamación y retención de líquidos.
Mejor estado de la piel y del cabello.
Disminuye la sensación de ansiedad, ya que nos mantiene saciados.
Es una dieta 100% saludable.
Por el contrario, los detractores de la dieta Clean Eating defienden su postura por las siguientes razones:
Se trata de una dieta que restringe muchos alimentos, lo que puede provocar que nos obsesionemos con la comida y desarrollemos trastornos de alimentación.
Se trata de un plan dietético difícil de llevar a cabo fuera de casa.
Para evitar la carencia de vitaminas y minerales, requiere de la asistencia personalizada de un dietista-nutricionista.