La teoría nos dice que para bajar de peso tan solo debe existir un déficit calórico en nuestra alimentación. Es decir, tenemos que quemar más calorías de las que ingerimos a lo largo del día para adelgazar. Sin embargo, la realidad nos ha demostrado que esto no es tan sencillo. Hay personas que por factores como la herencia genética o la resistencia a la insulina, incluso llevando una dieta con déficit calórico, les cuesta muchísimo bajar de peso. En su mayoría, o bien adelgazan muy poco, o bien se estancan al cabo de unas pocas semanas. Por eso, muchas personas siguen cometiendo el tremendo error de poner en práctica dietas milagro buscando soluciones totalmente fuera de su alcance.
Como ya hemos dicho muchas veces, las dietas milagro no son un método dietético saludable, sino todo lo contrario. Sin embargo, gracias a dietas como la denominada cetogénica o Keto, estas personas con dificultades para perder peso pueden lograr sus objetivos. Recordemos que la dieta Keto estimula la perdida de grasas mediante la reducción extrema de los carbohidratos. A través de la denominada cetosis, nuestro organismo se queda sin azúcares como fuente de combustible, por lo que recurre a sus reservas de grasas para seguir trabajando. En definitiva, la dieta Keto es un plan nutricional en el que las proteínas y las grasas son los protagonistas, mientras que los hidratos de carbono quedan casi descartados.
¿Qué precauciones hay que tomar con la dieta Keto?
La cetosis es un estado metabólico para el que nuestro cuerpo no está del todo preparado. Es una situación excepcional, por tanto, antes de poner en práctica este plan dietético hay que tener en cuenta algunas precauciones. Con la dieta cetogénica el cuerpo no obtiene los azúcares –que luego trasforma en energía- a los que está acostumbrado en una alimentación convencional. Nuestro organismo está constantemente en un estado de emergencia. No acumula nuevo combustible, sino que recurre de manera perpetua a sus reservas de grasa para poder seguir funcionando. Dicho de otra manera, en un plan nutricional de este tipo el cuerpo humano está sometido a una situación de estrés todo el tiempo.
Obviamente, un estado tan extremo conlleva ciertos riesgos, sobre todo, para personas de cierta edad o las mujeres embarazadas. Algunos de los efectos secundarios de la dieta Keto incluyen debilidad muscular, fatiga, estreñimiento, halitosis, deshidratación, vómitos o dolor de cabeza. Por esta razón, es muy importante que, antes de llevar a la práctica la dieta cetogénica, consultéis a vuestro médico de cabecera o un experto en nutrición. Estos profesionales saben cómo adaptar este plan dietético a cada caso en particular. Además, los posibles efectos adversos de esta dieta suelen duran solo unas pocas semanas. Desaparecen cuando el cuerpo se adapta a permanecer constantemente en un estado de cetosis.
Consejos para planificar un menú semanal cetogénico
No queremos aburrirte con tanta teoría. Es el momento de explicarte cómo tienes que planificar tu menú Keto. En primer lugar, tienes que eliminar casi por completo de tus platos los carbohidratos simples: pan, pasta, arroz, patata, bollería industrial, dulces, golosinas… Asimismo, los llamados hidratos de carbono de absorción lenta como la avena, las legumbres, las verduras o las frutas, aunque puedes tomarlos, su consumo tiene que ser muy limitado. Para que te hagas una idea: los nutrientes en la dieta keto se reparten de manera aproximada en grasas (60%-65%), proteínas (30%) y carbohidratos (5-10%). Como máximo, puedes ingerir entre 30 y 50 gramos de hidratos al día.
En un segundo punto, para evitar fracasar en una dieta tan extrema como la cetogénica, hay que planificar bien las comidas. Tenemos que eludir los platos repetitivos, las comidas monótonas. Hay que huir de la improvisación. Una de las principales causas por las que las dietas de adelgazamiento acaban naufragando es porque se basan en comidas rutinarias. En una dieta keto las comidas tienen que ser muy variadas e incluir proteínas, grasas, verduras y hortalizas de calidad, así como algunas legumbres con alto contenido proteico. Por último, los refrescos azucarados, los zumos industriales y los licuados, están completamente descartados.
Para finalizar, te mostramos un menú para siete días muy completo y variado enfocado en una alimentación de tipo cetogénico. Por supuesto, este menú tiene que adaptarse siempre a las necesidades individuales de cada persona. Recuerda que no hay una cantidad exacta que podamos ingerir de grasas, proteínas o hidratos de carbono. Cada persona tiene que ajustar su alimentación de forma particular.